Hemos escuchado muchas veces eso de que "si haces pesas te volverás lento y torpe". A menudo intentamos comparar gente delgada a la que atribuimos agilidad y velocidad, con gente enormemente grande que nos parece demasiado pesada para moverse rápidamente. Es cierto que un objeto de mayor masa (peso) ofrece mayor resistencia al movimiento que uno más liviano, pero no estamos siendo justos en la comparación.
¿Por qué no creerlo? Porque si comparamos una persona de 60 kilos de peso con una de 100 kilos que esté musculada, quizá la primera tenga ventaja sobre la segunda, pero la comparación justa sería entre una persona de 60 kilos y otra del mismo peso y de mayor composición muscular. ¿Cuál crees que sería ahora el resultado?
Una persona entrenada (musculada) siempre será más rápida que otra del mismo peso y de composición más grasa por muchos motivos. Algunas razones son:
Tendrá menos lastre a la hora de moverse. Es decir, su relación peso/potencia será más eficiente, ya que la masa muscular no es un tejido de lastre, sino activo y contráctil, con capacidad de desarrollar movimiento mediante el trabajo muscular.
Será más eficiente a la hora de coordinar movimientos (coordinación intermuscular/intramuscular), algo que se ha demostrado estar fuertemente relacionado con los niveles de fuerza máxima y de potencia/velocidad hasta el punto que las ganancias iniciales de un programa de ejercicios en una persona desentrenada, son prácticamente adaptaciones neurales (mejora de la conducción nerviosa, reclutamiento de unidades motoras, etc.).
Las capacidades de integración motriz serán en general más precisas, es decir, cuando valoramos un movimiento o patrón motor como algo más allá de una simple acción muscular, integrando el sistema nervioso central y datos como propiocepción, velocidad de detección/integración/respuesta a un estímulo, equilibrio, etc), debemos tener claro que, una persona que haya repetido el gesto técnico un mayor número de veces (es decir, lo haya entrenado), será más rápido y preciso que antes de ese "entrenamiento".
No tengamos miedo a complementar nuestro deporte con un trabajo de fuerza bien diseñado y ajustado.
¿Por qué no creerlo? Porque si comparamos una persona de 60 kilos de peso con una de 100 kilos que esté musculada, quizá la primera tenga ventaja sobre la segunda, pero la comparación justa sería entre una persona de 60 kilos y otra del mismo peso y de mayor composición muscular. ¿Cuál crees que sería ahora el resultado?
Una persona entrenada (musculada) siempre será más rápida que otra del mismo peso y de composición más grasa por muchos motivos. Algunas razones son:
Tendrá menos lastre a la hora de moverse. Es decir, su relación peso/potencia será más eficiente, ya que la masa muscular no es un tejido de lastre, sino activo y contráctil, con capacidad de desarrollar movimiento mediante el trabajo muscular.
Será más eficiente a la hora de coordinar movimientos (coordinación intermuscular/intramuscular), algo que se ha demostrado estar fuertemente relacionado con los niveles de fuerza máxima y de potencia/velocidad hasta el punto que las ganancias iniciales de un programa de ejercicios en una persona desentrenada, son prácticamente adaptaciones neurales (mejora de la conducción nerviosa, reclutamiento de unidades motoras, etc.).
Las capacidades de integración motriz serán en general más precisas, es decir, cuando valoramos un movimiento o patrón motor como algo más allá de una simple acción muscular, integrando el sistema nervioso central y datos como propiocepción, velocidad de detección/integración/respuesta a un estímulo, equilibrio, etc), debemos tener claro que, una persona que haya repetido el gesto técnico un mayor número de veces (es decir, lo haya entrenado), será más rápido y preciso que antes de ese "entrenamiento".
No tengamos miedo a complementar nuestro deporte con un trabajo de fuerza bien diseñado y ajustado.